LA TEMPERATURA DE LAS CASAS A DEBATE
Generalmente se estipula que la temperatura ideal en invierno en los hogares es 21 grados. Sin embargo, cualquiera puede comprobar que se trata de una temperatura elevada. La temperatura de 21 grados permite estar en casa con pocas prendas de abrigo a costa de que la factura del gas, el gasoil o la electricidad sea muy elevada. Y lo que es peor, a costa de una gran contaminación atmosférica. Recuérdese que gran parte de las contaminación atmosférica se produce por el uso del automóvil particular y por la calefacción y la refrigeración de los particulares.
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En el mercado existen prendas de abrigo muy eficaces que podrían servir para estar cómodamente en casa en los días más fríos del invierno. Se lograría así un mayor ahorro en las facturas ocasionadas por la calefacción en invierno y una menor contaminación atmosférica. En las tiendas de deportes se venden a precios muy asequibles camisetas, mallas y calcetines térmicos que combinados con la ropa que se ha denominado polar ayudan a conseguir una gran sensación de comodidad sin renunciar a una bonita estética.
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Considerar la temperatura de 21 grados como referencia es perjudicial para la economía de los particulares y para el medio ambiente. Los 21 grados de media no deja de ser una temperatura excesiva que, claramente, tiene más relación con el consumismo exagerado que con la comodidad y las necesidades reales de las personas.
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Los particulares podemos contribuir a la mejora del medio ambiente reduciendo nuestras emisiones contaminantes. Para ello hay que utilizar lo menos posible el automóvil y consumir sólo la energía imprescindible para calentar o enfriar nuestras casas. Gastar dinero en calentar la casa es un derroche innecesario. En cambio, gastar dinero en ropa de abrigo siempre es una inversión rentable.
De 17 a 19 grados, con las capas de ropa necesarias, es el margen recomendable para mantener una temperatura adecuada en invierno en los hogares.
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