TRABAJANDO EN FAMILIA 1/3 Los niños como pequeños adultos

Los niños antiguamente trabajaban desde muy temprano con su propia familia y sus tareas se adaptaban a sus fuerzas y capacidades.

La complejidad o la rudeza de las tareas que en el siglo XVIII se les iban encomendando a los niños las determinaban los adultos con los que trabajaban. Los niños realizaban los mismos trabajos que los adultos.

De manera que si, por ejemplo, Blanco White no se hubiera encargado de la tarea de copiar la correspondencia en la oficina de la compañía White & Plunket, esa misma tarea la habría tenido que desempeñar una persona mayor.

Lo mismo sucedía con otros trabajos como cuidar los rebaños o recoger las cosechas, que eran realizados indistintamente por niños o por adultos.

No había, por tanto, un límite preciso entre el mundo infantil y el adulto.

A tempranas edades los niños eran tratados como pequeños adultos y, como a adultos, se les exigía un determinado rendimiento. Ciertamente era una forma de vida dura, pero en la mayoría de los casos esta dureza venía suavizada por el hecho de que los niños trabajaban siempre rodeados de sus familiares.

José Blanco White

En la recolección, por ejemplo, no se contrataba sólo a niños, sino a toda la familia, de manera que los niños trabajaban codo con codo con sus padres y hermanos.

A diferencia de las fábricas, que por aquel entonces estaban empezando a surgir en Europa, en las que la relación entre empleado y patrón se limitaba a un intercambio de trabajo por un salario, en el Antiguo Régimen la mayoría de los trabajos se desarrollaban en un entorno más o menos familiar.

El que los niños estuvieran rodeados siempre de su familia evitaba, en parte, la explotación infantil. Blanco White, que pertenecía a una familia burguesa dedicada a la importación, nunca fue visto en la compañía White & Plunket como mano de obra barata, sino que siempre fue tratado con gran cariño y respeto.

Cuando creciera, él sería el sucesor de sus padres y de él dependería la prosperidad de la familia.

De hecho, las familias burguesas sustentaban su fuerza económica en la propia familia. A este tipo de familia se le llamaba “la casa”.

La “casa” era un negocio con estructura patriarcal. Englobaba una serie de relaciones de parentesco que había ido creciendo en la medida que había ido creciendo el negocio. Blanco White trabajaba rodeado de sus primos y de sus tíos porque la compañía White & Plunket procedía de la fusión de dos negocios y de dos familias.

En caso de que Blanco White no hubiera optado por la carrera religiosa, al elegir entre las candidatas para casarse con él, sus padres hubieran sopesado la oportunidad de agrandar el negocio con una nueva alianza con otra familia del mismo sector.

Texto relacionado con el libro El viejo truco del amor