AHORRO ENERGÉTICO Y CRISIS

Ahorrar y no contaminar: dos caras de la misma moneda

Según la Agencia Europea para el Medio Ambiente, cuando hay crisis económica en España, hay reducción de la contaminación. Eso no significa que España haya tomado la decisión de cumplir los acuerdos que había firmado en Kioto sobre reducción de gases de efecto invernadero, sino que, sencillamente, la actividad económica ha bajado sustancialmente. Han reducido las emisiones no sólo la industria, sino también los particulares y las empresas que, por la fuerza de las circunstancias, consumen menos energía y utilizan menos sus automóviles. 

Los españoles están reduciendo su consumo y, por tanto, su huella ecológica a la fuerza. Los ecologistas en los últimos años vienen hablando de Decrecimiento, que sería voluntario, pero que tendría como consecuencia parecidos efectos a los que está ocasionando la crisis económica. Según los defensores del decrecimiento nuestro nivel de consumo de recursos naturales está muy por encima de la capacidad de regeneración del planeta. De no cambiar los hábitos de consumo, a largo plazo estaríamos abocados a un decrecimiento forzado puesto que se produciría un agotamiento de los recursos. Un ejemplo de ello es el petróleo. La dependencia del petróleo y su desaforado uso está haciendo que suban los precios de forma incontenible.

Vivir mejor con menos. Es el objetivo de los consumidores que no disponen de dinero por la crisis, pero también el ideal (voluntario) de los ecologistas y los partidarios del decrecimiento.

Una propuesta clásica de los ecologistas es las Tres R (Reducir, Reutilizar y Reciclar). Las dos primeras (Reducir el consumo y Reutilizar o prolongar la vida útil de lo que compremos) afectan directamente a nuestro bolsillo ya que nos permiten ahorrar, y la tercera (Reciclar depositando los materiales de desecho en los contenedores correspondiente) nos afecta indirectamente porque supone un ahorro de energía y materias primas que, aunque no redundan en beneficio de los particulares, benefician a  la sociedad en su conjunto.

Este artículo se centra en una de la Tres R en un ámbito muy específico: Reducir en el consumo diario en aquellos aspectos que afectan a la contaminación atmosférica  partiendo de datos obtenidos mayoritariamente de organismos públicos.

La relación entre reducir consumo, ahorrar y no perjudicar el medio ambiente resulta evidente: cuantos menos bienes se consumen, más se ahorra, menos explotación de lo recursos naturales, menos contaminación para elaborarlos y, finalmente, menos residuos se generan.

Reducir el consumo de energía, ahorrar dinero y no contaminar son elementos de una misma ecuación. Reducir el consumo de energía en la casa implica reducir  significativamente las emisiones contaminantes.  Se estima que los entre un 7 y un 9% del porcentaje total de emisiones de CO2 proceden en las viviendas. Estos porcentajes se elevan de  forma significativa si sumamos la contaminación producida por los vehículos de los particulares.

Para ahorrar energía en la casa y en el coche basta con seguir alguna de las siguientes indicaciones:

AHORRAR EN LA ILUMINACIÓN

  • Utilizar bombillas de bajo consumo permite un ahorro de hasta un 80%
  • En los tubos fluorescentes el mayor consumo de energía se produce en el encendido
  • Mantener un equipo de música, el televisor o el video en posición de standby consume del orden de 1,5 vatios diarios
  • Elegir electrodomésticos con etiquetas energéticas A y B. A máxima eficiencia energética, más ahorro. Cada letra supone un aumento del 10% en el consumo (hasta G).

 AHORRAR EN LA COCINA

  • Las cocinas de gas gastan menos energía que las eléctricas. El microondas gasta un 70% menos de energía que un horno convencional.
  •  No abrir la puerta del horno ahorra del 20% de energía.
  •  Si se cocina con placa eléctrica, apagarla minutos antes para aprovechar el calor residual
  •  Con la  olla exprés se ahorra el 50% de energía.
  • Limpiar el congelador de escarcha. Cuando se acumula una capa de hielo, actúa como aislante y hace funcionar demasiado el refrigerador.
  • Mantener el refrigerador o congelador lleno, pero no rebosante. Poner envases con agua para rellenar los espacios vacíos.
  • Utilizar platos de vidrio para hornear cuando sea posible. El vidrio retiene el calor más fácilmente que otros materiales y, por lo tanto, se hornea más rápidamente y podrá bajar la temperatura del horno 25 grados.

 AHORRAR EN CALEFACCIÓN 

  • Las temperaturas recomendables son: entre 16 y 19º en dormitorios y entre 16 y 19 en salón. No abusar del consumismo energético. Cada grado de incremento supone un aumento del 7% del consumo eléctrico.
  • Estar pendiente de las ventanas, ya que el 30% de las necesidades de calor de las  viviendas se deben a las pérdidas de calor por las ventanas que quedan mal cerradas o no estén bien selladas.
  • Regular el calentador de agua a un máximo de 60º pues más temperatura supone la necesidad de mezclar agua fría

AHORRAR EN EL AUTOMÓVIL

  • Los vehículos que utilizan combustibles fósiles derivados del petróleo  emiten CO2 responsable del efecto invernadero y del cambio climático. El 45% del consumo de energía es en transporte, sobre todo en vehículo privado.
  • Conducir de forma eficiente supone un ahorro en carburante de hasta el 20%. En líneas generales la conducción eficiente consiste en avanzar con la velocidad más larga posible. Si se desea más información se pueden realizar cursos o visitar páginas webs especializadas.

Otras  recomendaciones interesantes para ahorrar son:

  • Si se para más de 2 minutos, apagar el motor.
  • Reducir la velocidad. El consumo aumenta en función de la velocidad. Un 20% más de velocidad lleva a un 44% más de consumo
  • El uso del aire acondicionado aumenta un 20% el consumo de combustible.
  •  Compartir coche. Se pueden ahorrar cientos de euros por persona al año.
  • Antes que el vehículo privado, utilizar el transporte público. Los bonos de transporte suponen un ahorro de dinero importante. O más barato y más sano todavía, siempre que sea posible desplazarse a pie o en bicicleta.

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