LOS ÁLAMOS BELLOS, RENTABLES Y ECOLÓGICOS

Los álamos habitan naturalmente en las zonas templadas de Europa y en el norte de África. A las plantaciones de estos árboles se les suele llamar choperas. Los álamos se han aclimatado perfectamente en América como muestran las numerosas ciudades y regiones que llevan su nombre (por ejemplo el condado de El Álamo, en Texas donde sucedió una famosa batalla de la que se han filmado varias películas). En España el 50% de las choperas se encuentra en la Cuenca del Duero y el 25 % en la cuenca del Ebro.

El álamo precisa mucha luz por lo que crece muy rápido en su búsqueda alcanzando con rapidez una altura de entre 20 y 30 metros. Los álamos también necesitan mucha agua, por lo que son habituales en los cauces de los ríos. Palencia es la provincia de España con más álamos plantados. En la provincia de Granada las choperas se concentran en los valles del Genil y del Darro.

El nombre botánico del álamo es populus, pero no se sabe su significado exacto. Unos dicen que populus viene del latín y que significa «árbol del pueblo»; otros dicen que procede de la palabra griega paipallein que significa «agita», haciendo referencia a que las hojas de los álamos se mueven con facilidad por el viento. Los álamos pertenecen a la familia de las salicáceas que también comprende a los sauces llorones. Las variedades más conocidas de populus son el álamo negro, el blanco y el temblón.

El álamo negro (populus nigra) se suele utilizar como árbol de alineación en los caminos. Del álamo negro procede esa lluvia de algodón que contiene sus semillas y que inunda el campo y las ciudades en primavera. El álamo blanco (populus alba) o plateado se caracteriza, además de por su tronco blanco, por el brillo de sus hojas. Se decía que las hojas del álamo blanco poseían propiedades mágicas. De hecho, correspondían a la letra E del alfabeto de los druidas y no hace mucho tiempo que se llevaban en el bolsillo porque se aseguraba que atraían el dinero. No resulta conveniente plantar el álamo blanco cerca de los edificios, pues sus raíces son muy cundidoras y acaban cuarteando los muros y atacando las tuberías del agua. El álamo temblón o tremolín (populus tremula) se llama así porque sus hojas se agitan con el menor soplo de viento.

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UTILIDAD DE LOS ÁLAMOS

La madera de los álamos es blanda y de combustión lenta. Se utiliza para fabricar cerillas, palillos de dientes, cajas ligeras, celulosa para papel, rulos de persianas, puntales, muebles ligeros y, sobre todo, para fabricar contrachapado (industria del desenrollo). El proceso de fabricación del contrachapado es el siguiente: se ponen los troncos sin ramas en unas grandes máquinas que los van cortando en láminas. Después estas láminas se desenrollan; se ponen encima una de otras dependiendo del grosor y del tamaño que se desee, y, finalmente, se pegan.

Antiguamente las hojas de los chopos se utilizaban como forraje para los animales y por sus propiedades curativas, en especial las del álamo negro, se empleaban en la elaboración de un tipo de ungüento.


USOS ECOLÓGICOS

Los álamos resisten bien las aguas contaminadas. Por ello se utilizan para depurar aguas residuales de núcleos urbanos. Un ejemplo se da en Calahorra, donde además se obtiene beneficios económicos vendiendo su madera. En Estados Unidos y Canadá se plantan en las márgenes de los afluentes para que depuren el agua antes de que lleguen a los ríos. Se ponen en los suelos muy contaminados por su poder de fitorremediación, ya que degradan y actúan como filtros trampa de los elementos contaminantes.

Además conservan los suelos de las riberas y márgenes de los ríos, impidiendo la erosión durante las avenidas gracias a su capacidad para unirse a la tierra. Un uso muy particular se da en Argentina, en donde son utilizados como cortinas forestales cortavientos. Es importante destacar también que los álamos sustituyen con éxito las maderas de origen tropical (okume, calabó, fuma) que cada vez son más escasas y no se gestionan normalmente de forma sostenible.


ENTRE LOS ÁRBOLES MÁS BELLOS Y ELEGANTES

Su porte elegante y airoso hace que se utilice como árbol ornamental dedicándole paseos enteros llamados alamedas. La hoja del álamo es bellísima. No es de extrañar que los griegos la hayan asociado al sol: sus rayos parecen que llenan sus hojas de perlas luminosas. Antes de caer en otoño, adquieren una tonalidad entre amarilla y dorada que hace que en los jardines de Aranjuez, diseñados para pasearlos en las tardes otoñales, el álamo destaque entre las demás especies de árboles de hoja caduca.

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